UN ESPECTÁCULO MULTICOLOR

La belleza de Islandia nunca deja de sorprender a los aventureros, entrar a la boca de un volcán dormido, ver auroras boreales y explorar cuevas de hielo son algunas expediciones obligadas de esta isla de agua y fuego.

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Reikiavik, la capital política del país, es la más septentrional del mundo y destino obligado al visitar Islandia. Es una ciudad de apenas 200 mil habitantes, que puedes recorrer caminando tranquilamente. Entre sus calles con edificios de madera de colores crema y techos sobrios, encontrarás excelentes galerías de arte, festivales culturales, varios cafés y pubs de estilo moderno, además de restaurantes donde probar el salmón local, es tradición culinaria ancestral de este país.

Islandia nos invita a adentrarnos en un mundo donde la naturaleza es la protagonista. A caminar sobre arenas de un intenso color negro, de aspecto hipnótico y surreal en el pueblo más austral de todo el territorio; a viajar al interior del volcán Thrihnukagígur, posiblemente lo más cercano a lo que Julio Verne pensó al descender al centro de la Tierra; o para adentrarnos en una cueva de hielo en el parque nacional Vatnajökull, que te proporcionará un contacto tan íntimo con la naturaleza que cambiará tu forma de percibir el mundo.

La Aurora Boreal o luces del norte, son unas espontáneas ráfagas fluorescentes que tiñen de muy diversos colores el cielo, y el círculo polar ártico es testigo de ellas al menos 200 noches al año. Su nombre proviene de Aurora, la diosa romana del amanecer y Boreas, el nombre griego del viento norte.

Es un fenómeno visual que te deja sin habla, de los que hay que contemplar al menos una vez en la vida, no importa cómo, ni a qué edad… simplemente hay que hacer que suceda.

Para que la experiencia sea completamente mágica y perfecta, Islandia cuenta con hoteles de lujo, espectaculares y extremadamente originales, sumidos en la naturaleza y la magnificencia de su icónico paisaje. Hoteles que parecen flotar sobre su entorno, refugios sostenibles, iglús de cristal o una burbuja en medio de la naturaleza, que se mantiene inflada, caliente y silenciosa, son algunos de ellos, diseñados para contemplar uno de los fenómenos más bellos de la naturaleza lejos de la contaminación lumínica de la ciudad.

Es la ruta turística más popular de Islandia con algunas de las geografías más dramáticas e icónicas del país. Incluye el Parque Nacional Thingvellir, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, además es el único lugar del mundo donde se puede ver la separación de las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia; la cascada Gullfoss, situada en el curso del río Hvítá, es la cascada más famosa del país, el agua cae en dos saltos (de 11 y de 21 metros) en una grieta de 32 metros de profundidad, es un espectáculo increíble, es como si la tierra se abriera y el río se perdiera en sus profundidades; El Valle de Haukadalur, complejo geotérmico famoso por los géisers Geysir (que dio su nombre a todos los géisers del planeta) y Strokkur, que brotan a intervalos regulares de las entrañas de la tierra.